LA RUTA DE SIRIA A EUROPA
Capítulo V: Dignidad

LA RUTA DE SIRIA A EUROPA: Dignidad

Tiene 6 años. Está esperando para pasar a consulta en la clínica que Médicos Sin Fronteras tiene en Kilis, en la frontera entre Turquía y Siria. Mohamed lleva una gorra oscura y una camisa adulta de cuadros azules, blancos y verdes. Tiene la cara y los brazos quemados. Está desfigurado.

“Un avión nos bombardeó y él se quedó así. Estuvimos en Gaziantep [sur de Turquía] durante tres meses. Llevamos veinte días aquí”, explica su madre.

Cuando nos acercamos a hacerle fotografías, Mohamed se queja, se aparta de la cámara. A su madre no le importa, pero él no quiere: se avergüenza, se cubre la cara. Después de que el médico le pase consulta, roba la cámara a la fotógrafa y ahora es él quien tiene el control. Pasa sus muñones por encima del botón para hacer fotografías. Se pasea por la consulta del médico. Clic. Por el pasillo. Clic. Por la sala de espera. Clic.

Es la primera vez que veo sonreír a Mohamed desde que ha llegado al consultorio. Le ha dado la vuelta a la situación, ahora él es el fotógrafo: no le pueden ver, está detrás de la cámara, corre en busca de imágenes. Él enfoca el mundo y aprieta el botón para detenerlo un instante.

Clic, clic, clic.